viernes, 28 de septiembre de 2012

MI CUARTO RELATO

El viaje a un mundo mágico
En un futuro no muy lejano cuentan que un ogro llamado Félix junto a su burro Paco viajaran a un planeta nuevo y lleno de aventuras que se llamará Hercúleos. Félix también se llevará a su perro Boby, porque no lo podrá dejar solo en su casa sin nadie que lo acompañe. Félix era un ogro verde y con el pelo negro y corto. Paco era gris y pequeño. Boby era casi de peluche, era adorable y marrón. Félix fabricará un par de zapatillas veloces para él, dos pares para Paco y un par para Boby. Con ellas podrán correr a gran velocidad cuando lleguen a Hercúleos. A la hora de irse Boby los abandonará porque le dará miedo ir a ese planeta. Félix y Paco se fueron muy tristes porque Boby les abandonará. Al llegar se encontrarán un mundo mágico lleno de fantasía y de muchas estrellas en el cielo. Los primeros días que estarán allí se lo pasarán genial comiendo muchas gominolas, jugando con sus amigos, bañándose en una piscina, haciendo muñecos de nieve y durmiendo al aire libre todas las noches. A Félix y a Paco les gustará llevar sus zapatillas porque podrán ir a donde quieran a mucha velocidad. Allí estarán dos meses hasta que decidirán quedarse a vivir allí. Todos las noches Félix pensará en Boby y lo extrañará porque lo quería mucho y le encantaba jugar con él. A las tres semanas irá un helicóptero naranja y pequeño. De allí saldrá Boby con su maleta y un regalo para Félix que será un cuadro con una foto de Boby, Paco y Feliz. A Boby le enseñaran ese mundo mágico y esa casa que comprarán para quedarse allí a vivir. Así que esto pasó, ya mi cuento se acabó.

jueves, 27 de septiembre de 2012

MI TERCER RELATO

            Un viaje a Saturno en 5 segundos
Érase que se era, que en buena hora sea para ver a mi tía granjera. Kevin era un fantasma de 8 años que vivía en una nave espacial escondida entre unos arbustos en Cádiz. Vive solo en su nave espacial y a veces está muy triste porque no tiene amigos con quien jugar. Su aspecto era raro, llevaba  una peluca amarilla, un bañador de los antiguos que ya estaba pasado de moda y unas zapatillas deportivas nuevas. Era bajo, delgado y sus ojos eran rojos. Aunque él quisiera no llamar la atención todos se quedaban mirándolo porque su ropa era una mezcla de que se llevaba antes y la moderna de ahora. Kevin quería visitar a su abuela que era granjera porque estaba muy sola, sin nadie que la acompañara. Vivía en el planeta Saturno con su tortuga pero estaba muy sola sin vecinos ni familia cerca. Cumplía ochenta y cinco años y Kevin decidió regalarle un robot de cocina para que le ayudara a cocinar la comida. A Kevin no le hizo falta viajar en la nave espacial porque tenía una puerta mágica que en tan solo cinco segundos le llevaba al sitio que quisiera aunque estuviese muy lejos. Al llegar allí se encontró a sus cuatro hermanos, a sus tíos y a su abuela con un gorro de cumpleaños. Sus hermanos les habían regalado un estuche de pinturas. Tenía unas brochas para el colorete, un pintalabios, una colonia con olor a flores y un espejo. Sus tíos les regalaron una maceta grande y muy bonita, con unas flores rosas y otras blancas. Su abuela compró una tarta de chocolate y el numero ocho y el cinco para las velas. Le cantaron cumpleaños feliz y sopló las velas. Al soplar las velas llegó el sobrino de Kevin que tenía diecisiete años y era alto, delgado y muy guapo. Le regaló tomates, pimientos, rábanos, cebollas, lechugas, pepinos y un poquito de sal. Para hacer una ensalada para la noche cenar y se acabó este cuento con sal y pimiento y rabanillo tuerto.

viernes, 21 de septiembre de 2012

ILLORA



Mi pueblo es Illora. No es muy grande, ni tampoco es muy pequeño. Es mediano y bonito. Me gusta mucho mi pueblo porque está muy limpio excepto algunos parques, que la gente no suele cuidar bien. Tiene una biblioteca donde puedes ir a sacar libros. También tiene una iglesia antigua y muchos comercios.

SEGUNDO RELATO


Un día triste se convierte en un día divertido
Era un día de invierno de mucho frió. Santiago, Salvador y Roberto tenían 11 años y eran unos niños altos, delgados, con el pelo corto y que jugaban muy bien al fútbol. Estaban aburridos y tumbados en el sofá sin nada a lo que poder jugar con el balón nuevo que le regalaron a Salvador por su cumpleaños. Miraban por la ventana y veían la calle solitaria por que todos sus amigos estaban en sus casas jugando a la consola, viendo la televisión o haciendo los deberes. Al llegar Cristóbal, el padre de Roberto todos se pusieron muy contentos porque querían que los llevaran al polideportivo. Cristóbal cogió las llaves del coche y fueron a comprar pasteles para merendar eran de chocolate, estaban tan buenos que te relamías los dedos. Luego hicieron los deberes y estudiaron. Cuando acabaron Cristóbal los llevó al polideportivo. Al llegar no pudieron jugar en el césped porque estaban los niños mas pequeños entrenando, y acababan a las siete. Así que se fueron a la tienda de chucherías a comprarse gominolas de muchos sabores y figuras, con el dinero que les habían dado sus padres para que se compraran lo que quisieran. Había una gominola que les llamó mucho la atención porque se parecía una estrella de las nieves, era blanca y tenía un sabor muy dulce como el de una piruleta. Al salir vieron un chaval joven que conducía una moto gris que era muy chula. Y nos fuimos al polideportivo porque ya habían terminado de entrenar los otros niños y ya podíamos jugar al fútbol en el césped. Al llegar cogimos el balón y nos pusimos a jugar al fútbol con Enrique que era un niño bajo,un poco gordo y que tenía unas gafas azules. Santiago se puso de portero y Roberto, Salvador y Enrique le tiraban tiros. Enrique es un poco malo jugando al fútbol y de diez veces que tiró no marcó ninguna, todas las tiró fuera de la portería. Enrique tenía que aprender de Salvador y de Roberto porque de diez que tiraran los marcaban todos. Eran las ocho y media de la noche y todos se habían ido menos ellos que seguían jugando al fútbol. Al cabo de un rato estaban agotados y se tumbaron en el césped a ver el atardecer que tenía un color rojo radiante y un naranja claro. Cristóbal vino con el coche a recogerlos porque había ido a comprar una lámpara y como la tienda estaba muy cerca del polideportivo llegó a por ellos para llevarlos a sus casas.

Un día triste y aburrido se volvió en un día alegre y divertido.

MI PRIMER RELATO

La librería encantada
Erase una vez unos chicos de 11 años que empezaban un nuevo curso en en la escuela. Sus madres habían ido antes al colegio a conocer al nuevo maestro y a recoger la lista de los materiales que había que comprar. En esa lista aparecían:
1. bolígrafo azul y rojo
2. pegamento
3. goma de borrar
4. carpeta archivador de anillas
5. tijeras

Fernando, Francisco y Guillermo cogieron sus bicicletas y se fueron a comprar los materiales a la librería.
Por el camino se encontraron a sus amigos que les invitaron a unas granizadas de fresa que estaban muy frías y tenían un sabor dulce como cuando te comes algodón dulce. Al llegar a la librería entraron y había una señora mayor era muy pequeña y delgada, tenía muchas arrugas y sus pelos eran blancos con canas. Esa señora daba un poco de miedo porque se parecía a una bruja de las que salen en los libros de miedo, que siempre nos cuentan nuestros abuelos. La señora mayor les dijo:
-¿Queréis subir arriba a jugar con otros niños o a colorear con ceras un cuaderno de dibujos?
-Vale. Respondieron con alegría.
Al subir se encontraron con dos caminos uno tenía juguetes,pizarras, libros para hacer deberes o para repasar inglés, matemáticas, lengua o conocimiento del medio y había muchos cuadernos para hacer problemas. El otro camino tenía muchas cuerdas que había que saltar de una a otra y muchos fantasmas. Como a Francisco le gustaba mucho la aventura se fueron por el segundo de los camino para saltar por las cuerdas. Cuando llevaban un rato saltando de una cuerda a otra entraron por una puerta, habían muchos monstruos y momias que los perseguían. Ellos corrían porque estaban muy asustados y las momias no paraban de perseguirles y ellos lloraban al tener mucho miedo hasta que llegaron al final donde estaban sus padre y madres esperándolos para darles un abrazo porque sabían que iban a coger el segundo camino porque no les gustan los libros ni tampoco hacer deberes. Sus padres les contaron que todo había sido una broma y que esa librería era una juguetería. Esa vieja era su tía disfrazada, Y que ella junto a su marido iban a abrir esa juguetería.
Desde ese día Fernando, Francisco y Guillermo se portaron bien y empezaron a leer libros y a hacer los deberes sin quejarse de que son muchos.