Hace unos días, los padres del colegio público Ramiro de Maeztu de
Madrid votaron si cambiaban la jornada partida (con clases de mañana y
tarde) por la continua (solo por la mañana). Los profesores del centro
habían reunido a las familias y les habían hablado de las bondades del
cambio, básicamente: los niños llegan muy cansados a las horas de la
tarde y rinden menos. Pero, al final, la mayoría dijo no al cambio.
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